¿Conoces la regla de las 10000 horas?

¿Sabías que para ser experto en algo requieres practicar aproximadamente esa cantidad de tiempo?

Para sobresalir en la vida necesitas destacar en algo y para lograr destacar tienes que enfocarte en aquello en lo que quieres diferenciarte a través de tu maestría.

Si todos tenemos la misma cantidad de horas en un día, ¿por qué algunas personas parecen lograr mucho más que otras?

Es aquí donde entra en juego el principio de menos es más para enfocarse en una sola cosa, aquella que es más importante.

A través del poder de restar actividades, vas a poder multiplicar tus resultados.

En esta publicación te ayudaremos a comprender en qué consiste la regla de las 10000 horas y por qué es tan importante.

El poder del enfoque

En la publicación anterior hablé sobre el poder de restar a través del principio de menos es más. También hablé sobre su importancia, pues restar es la herramienta que te permite sobresalir.

¿Por qué la facultad de quitar eliminar cosas de tu agenda juega un rol importante para la excelencia?

Simplemente, porque el éxito en cualquier campo requiere de talento, y este tiene que cultivarse a través de la preparación.

Cuando se estudia las carreras de las personas extraordinarias, el papel del talento innato es mucho menor en proporción a la importancia que tiene la preparación.

No obstante, para poder prepararte tienes que encontrar tiempo durante el día y así llegar a las 10000 horas de preparación.

En la publicación sobre enfocarse en una sola cosa afirmé que este tipo de enfoque te llevará a dedicarle un tiempo desproporcionado a practicar o trabajar en tu única cosa.

Ese tiempo que inviertes, finalmente se va a traducir en habilidad, y cuando esta mejora, los resultados también lo harán.

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El secreto de los fuera de serie

El libro “Fuera de Serie”, escrito por Malcolm Gladwell, explica con lujo de detalles por qué unas personas tienen éxito y otras no.

Gladwell afirma que la prueba número uno en el debate sobre el talento es un estudio realizado a principios de los años noventa por el psicólogo K. Anders Ericsson y dos de sus colegas en la elitista Academia de Música de Berlín.

Se hizo una encuesta en la que se les solicitó a diferentes estudiantes responder a la siguiente pregunta: “En el curso de toda tu carrera como violinista, desde que tocaste por primera vez un violín, ¿cuántas horas has practicado en total?”

Resulta ser que la mayoría había empezado a tocar aproximadamente a la misma edad, alrededor de los cinco años.

Imagen de una chica tocando el violín para representar las 10,000 horas que se requieren para alcanzar la maestría.

Ahora, los estudiantes que terminaban clasificados como mejores de su clase habían siempre practicado más que todos los demás. De hecho, los intérpretes más exitosos habían acumulado 10000 horas de práctica cada uno.

En contraste, los estudiantes buenos si a caso habían llegado a 8000 horas y los normales poco más de 4000. A continuación, Ericsson y sus colegas compararon a pianistas aficionados con pianistas profesionales. Se repitió el mismo patrón.

Lo más llamativo del estudio, es que ni él ni sus colegas encontraron músicos “natos” que surgieran sin esfuerzo hasta la cima practicando una fracción del tiempo que necesitaban sus pares. Por lo tanto, lo que distingue a un intérprete virtuoso de otro mediocre es el esfuerzo que cada uno dedica a practicar.

La regla de las 10000 horas

La idea que planteo es que la excelencia en la realización de una tarea compleja requiere de un mínimo dado de práctica.

Los investigadores han establecido que el número mágico para llegar a la verdadera maestría es de 10000 horas (Diez mil horas). Esto se cumple hasta con las personas emblemáticas.

Es bien sabido que Mozart comenzó a tocar desde los seis años, pero no fue sino hasta que llevaba más de veinte años (20 años) componiendo que produjo sus mejores obras.

De hecho, a Mozart le tomó el doble, pues diez años (10 años) es aproximadamente el tiempo que toma en completar 10000 horas.

Por lo tanto, recuerda que la práctica no es lo que uno hace cuando ya es bueno en algo, es lo que uno hace para volverse bueno en algo.

Imagen del grupo Los Beatles para representar las más de 10,000 horas que acumularon para tener éxito.

¿Sabías que lo mismo les sucedió a los Beatles? Ellos tocaban hasta siete días por semana a razón de cinco horas o más por noche.

Cuando tuvieron su primer éxito en 1964, habían actuado en vivo unas 1200 veces.

Conviene saber que la mayoría de los grupos de hoy en día no actúan 1200 veces ni en el curso de sus carreras enteras.

Preguntas para generar maestría

Hay una cita de Rabindranth Tagore que siempre me acompaña y dice así:

“Hemos sido llamados al concierto de este mundo a tocar de la mejor manera posible nuestro instrumento”.

Muchos se afanan en responder a esta pregunta: ¿cuál es mi instrumento?

Creen que su instrumento está en los objetivos y no es así. Los objetivos a lograr son el medio a través del cual puedes tocar tu instrumento.

Lo interesante es que el instrumento que estás llamado a tocar está hecho de la madera de tus talentos.

Así que lo verdaderamente importante es saber cómo descubrir tu talento y ponerlo al servicio de un objetivo.

Tu talento o el instrumento que viniste a tocar al mundo tienes que afinarlo a través de 10000 horas de práctica.


Eso sí, recuerda que practicar requiere tiempo, pero la práctica constante te llevará a la maestría, y son los maestros los que mejores resultados generan.

Como coach me gustaría hacerte reflexionar sobre este importante tema:

  • ¿Cuál es ese instrumento que viniste a tocar a este mundo?
  • ¿Sabías que la madera de tu instrumento está representada por tus talentos?
  • ¿Qué tanto tiempo dedicas a desarrollar tus talentos?
  • ¿Cuántas horas llevas acumuladas de práctica?
  • ¿Dónde has invertido 10000 horas?
  • ¿Qué tanto estás poniendo tus talentos al servicio del logro de tu objetivo, de tu única cosa, la más importante, la más relevante?
  • Hay quienes tocan la trompeta cuando nacieron para tocar el tambor. En tu caso, ¿sientes que estás tocando el instrumento correcto?
  • Si no lo estás haciendo, ¿qué estás esperando para hacerlo?

Me despido con unas palabras de la famosa bailarina Anna Pavlova:

“Nadie puede llegar a la cima armado solo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio”.

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