Existen dos tipos de actitudes que pueden condicionar tu manera de actuar en la vida. En esta publicación, las analizaremos a través de representarlas mediante un termómetro o termostato.
Qué es la actitud
Según Wikipedia, la actitud consiste en el comportamiento que emplea un individuo frente a la vida. Se puede decir que es su forma de ser y proyectarse.
También puede considerarse como la disposición de ánimo que impacta lo que haces. Por lo tanto, tu actitud involucra un estado mental y emocional que organiza tu actuar y se proyecta sobre los demás.
“La actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia”. Wiston Churchill
Diversas fuentes de la psicología de la actitud, afirman que existen múltiples formas de definir qué es la actitud. Sin embargo, quiero evitar caer en un complejo análisis terminológico. Por lo tanto, voy a explicar esta predisposición aprendida que llamamos actitud mediante dos analogías. En este sentido, puedo afirmar que existen dos tipos de actitudes: termómetro o termostato.
Dos tipos de actitudes
En tu lugar de trabajo y en tu familia puedes priorizar uno de estos dos tipos de actitudes.
Un termómetro simplemente lee la temperatura y se queda estable en su lectura a menos que la temperatura del ambiente cambie.
En cambio, un termostato no solo lee la temperatura emocional del ambiente, también la ajusta. Un termostato tiene la capacidad de generar un efecto positivo en el ambiente.
Cuando eres termostato en tu lugar de trabajo y familia, eres capaz de ajustar tu actitud. Esta capacidad permite crear un ambiente más acogedor y agradable.
Niégate a aceptar la lectura emocional que percibes. Sé un agente del cambio que quieres sentir en tu mundo.
“Si no te gusta algo, cámbialo. Si no lo puedes cambiarlo, cambia tu actitud». Maya Angelou
¿Eres termómetro o termostato?
Ya conoces los dos tipos de actitudes desde la diferencia entre el termómetro y el termostato. Mientras que el primero reacciona a la temperatura, el segundo actúa para modificarla.
La mayoría de las personas, reaccionan a lo que les sucede durante el día. En este sentido, son las circunstancias las que influyen en su estado de ánimo o actitud emocional.
¿Cuál es tu actitud? ¿Eres termómetro o termostato?
Cuando comiences a actuar como un termostato, serás tú quien decida qué disposición de ánimo vas a impregnar durante el día. Porque aún cuando surja algo que afecte el ambiente, tu podrás responder y regular la temperatura mental y emocional a través de tu actitud.
“Las actitudes son contagiosas. ¿Merece la pena contagiarse de la tuya? Dennis y Wendy Mannering
Ejemplos de actitudes
Roger Fisher, en su libro “El caballero de la armadura oxidada”, nos da ejemplos de actitudes desde cómo actúan los animales.
En su libro, nos narra la aventura de un valiente héroe, representado por la figura de un caballero. A través de una cruzada de transformación personal, el caballero recorre diferentes castillos con el propósito de liberarse de la armadura que lo mantiene atrapado.
Son muchas las actitudes negativas que también nos pueden restringir la vida y representar para nosotros una armadura. No obstante, el autor nos invita a aprender de los animales.
Los animales son ejemplos de actitudes positivas. A diferencia de los humanos, ellos aceptan lo que sucede y son resilientes. Son capaces de transformar el ambiente y sacar lo mejor de las circunstancias.
Fisher comenta que nunca escucharás a un conejo decir: “Espero que salga el sol esta mañana para poder ir al lago a jugar”. Si el sol no sale, no le estropeará el día al conejo. Es feliz con lo que tiene. El conejo es capaz de disfrutar y convertirse en sol, aún en medio de la lluvia.
Dos tipos de actitudes en coaching
Estos dos tipos de actitudes en coaching son muy importantes. Cuando un cliente llega a la sesión con un reto, dificultad o problema, como coach puedes ser termómetro o termostato.
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Coach termómetro
Eres termómetro cuando reaccionas a la situación del cliente y dejas que sus emociones negativas influyan en tu estado de ánimo. Un coach termómetro, simplemente lee la temperatura emocional del cliente y no hace nada por regularla.
Coach termostato
Eres un coach termostato cuando aceptas la lectura emocional del otro, aunque sea negativa. No obstante, decides cómo regular el ambiente a través de tu propia actitud o mediante una actitud proactiva. Tu manejo emocional puede liberar la atención del cliente y ayudarle a atender las cosas que le pueden ayudar a cambiar.
En este sentido, tus preguntas pueden cambiar el estado emocional de la sesión. Por ejemplo, cuando un coach practica la gratitud en coaching, puede preguntar sobre qué sí está funcionando en la vida del cliente. Esta sencilla pregunta puede cambiar el clima de la sesión desde el inicio, pues enfoca al cliente en las cosas positivas que también tienen lugar.
Las preguntas que haces y la forma en que las haces, pueden colocar a los clientes en estados de carencia o en estados de recursos. Ya sea por el mal uso del tono de voz o debido a tu lenguaje corporal o por las suposiciones limitadoras que incluyas en tus preguntas, puedes influenciar el estado emocional del cliente.
Por ejemplo, en relación a las suposiciones, no es lo mismo preguntar: ¿qué es lo peor de este problema?, a preguntar: ¿qué recursos tienes para hacerle frente a esta situación?
Finalmente, es importante que sepas que eres tú quien debe modelar el estado emocional al que quieres llevar al cliente. Si lo quieres entusiasmar, primero debes sentir en ti el entusiasmo. Luego, a través de tus preguntas, tono de voz y lenguaje corporal, podrás contagiar este estado emocional a tu cliente. Es así como te conviertes en termostato.
«En lugar de ser un lujo, las emociones son una forma muy inteligente de conducir a una persona hacia ciertos resultados». Antonio Damasio